Habilidades para la comunicación, motivación y cohesión de equipos de trabajo interdisciplinares

De nuevo de la mano de FEMAREC estuvimos impartiendo el curso «Habilidades para la comunicación, motivación y cohesión de equipos de trabajo interdisciplinares» para las trabajadoras -auxiliares de ayuda a domicilio en su mayoría- de la empresa GEISS-96. Para ello nos desplazamos a Priego de Córdoba entre los días 26 y 30 de junio.

Oratoria para personas y empresas. Comunicaciones que crean marca.

Comunicaciones que crean marca es un taller de oratoria para personas y empresas organizado por Aula Integral de Formación que impartiremos desde Ideas Poderosas en Baeza (Jaén) durante las tardes de los viernes, 16 y 23 de septiembre de 2016 en horario de 16:00 a 21:00 horas.

El objetivo de este taller es entrenar la técnica de hablar en público para transmitir los valores de la marca a través de ideas poderosas en comunicaciones directas, breves y de impacto que jueguen con la gestión emocional personal y la del público.

En este taller intensivo ayudaremos a las personas participantes a diseñar discursos y/o charlas que les permitan transmitir su marca personal o la marca de su negocio de tal manera que la intervención en público se convierta en una una estrategia de marketing personal y/o empresarial que sirva de gancho para que nuestros potenciales clientes pongan su mirada en nosotros.

Será un taller eminentemente práctico en donde, además de la habilidad para redactar el discurso, nos centraremos en aquellos aspectos clave de la comunicación verbal y no verbal, consideraremos la importancia de cuidar el diseño y el contenido de las presentaciones visuales que pudieran acompañar nuestra charla y atenderemos a la puesta en escena de toda la intervención, todo ello sin perder de vista los valores de la marca que queremos transmitir.

En definitiva, trabajaremos en el diseño de un buen elevator pitch.

Más información y matrículas:

www.aulaintegraldeformación.es
T. 953 747 038 – M. 638 715 185 – F. 953 747 042
E. info@aulaintegraldeformacion.es
D. C/ Rafael Alberti, , 5 – 23440 Baeza (Jaén) España.

 

Oratoria
Hablar en público

Bullying. Niños y niñas que agreden a niños y niñas.

El pasado viernes, 22 de abril de 2016, Juan Luis Hueso socio-fundador de Ideas Poderosas, participó en Baeza en las XIII Jornadas de Ampas organizadas por Alternaocio presentando la charla: «Bulling. Niños y niñas que agreden a niños y niñas».

 

La Antigua Universidad de Baeza (Jaén – España), en el entorno del conjunto Patrimonio de la Humanidad formado por las ciudades de Úbeda y Baeza, es siempre un lugar apasionante para pasear y soñar.

Entrar al gran patio columnado y poder visitar el aula donde Antonio Machado impartió clases a cartelprincipios del siglo XX y justo al lado asomarse al paraninfo y ver su estructura, su forma, su belleza; es todo un placer para los sentidos.

Tener la oportunidad de hablar en público en un entorno tan bello y lleno de encanto, todo un lujo.

Ese es el escenario en el que la Asociación Educativa Alternaocio de Baeza (una asociación que aglutina a todas las Asociaciones de Madres y Padres de los centros escolares del municipio) organizó por décimo tercera vez sus Jornadas anuales, este año dedicadas al Bullying o acoso escolar.

He tenido la suerte de ser invitado nuevamente como ponente a estas jornadas (ya participé en ellas hace nueve años) y he tenido la gran satisfacción de compartir con un número nutrido de padres, madres y educadores unas cuantas ideas acerca del impacto que el acoso en el entorno escolar produce entre nuestros jóvenes.

El acto que tuvo como maestro de ceremonia al presidente de la Asociación, Juan José Moreno, fue inaugurado por la Alcaldesa de Baeza, Lola Marín, y concluyó con la presentación de la charla y el ponente por parte de Isabel Serrano.

A continuación puedes ver la presentación usada para tal ocasión.

Bullying – Niños y niñas que agreden a niños y niñas from Juan Luis Hueso

Para saber más sobre Bullying y Ciberbullying en la infancia te recomendamos este enlace del estudio de Save the Children (febrero, 2016)

Víctor Guillermo Figueroa Molina

Nos encontramos con Víctor en una cafetería junto a la Universidad de Jaén, un lugar ruidoso lleno de conversaciones de estudiantes, olor a café y entrada y salida de personas entre las cuales nos colamos para buscar un rinconcito donde charlar… y lo encontramos, porque rápidamente se creó una especie de burbuja entre nosotros que nos ayudó a evadirnos del entorno y disfrutar del momento con un café entre nuestras manos.

Víctor es químico de formación, consultor de emprendedores de profesión y comunicador de vocación.

Actualmente trabaja en Andalucía Emprende, Fundación Pública Andaluza, como Técnico del Centro de Apoyo al Desarrollo Empresarial (CADE) en Pegalajar, recientemente ha participado como ponente en el proyecto YUZZ Emprendedores en Jaén (iniciativa del Centro Internacional Santander Emprendimiento (CISE) dirigida preferentemente a jóvenes universitarios con el objetivo de promocionar el talento y el espíritu emprendedor y estimular la creación de empresas innovadoras que contribuyan a acelerar el crecimiento económico y el desarrollo sostenible en el territorio) y actualmente es tutor-profesor del programa Andalucía Open Future en Jaén (una iniciativa de Telefónica España y la Junta de Andalucía, en la que colaboran la Universidad de Jaén y Andalucía Emprende, Fundación Pública Andaluza). Además forma parte del equipo de UniRadio Jaén (la Radio de la Universidad de Jaén) desde el año 2011, dirigiendo los programas de “Emprendimiento en femenino” y “La onda de emprender”. Nos comenta, además, que en breve pondrá en marcha un nuevo programa de radio titulado “Universintiendo”, en el cual colaborará junto al psicólogo Nelson Quintero, para tratar temas relacionados con el desarrollo de nuestra inteligencia emocional.
Con esta agenda de actividades no es de extrañar que llegara a nuestra cita directamente tras su sesión semanal de fisioterapia, y que sus propósitos para el 2016 sean aprender a dosificar sus fuerzas, dormir más de 4 horas y volver a saborear el café con calma.
Aquí va un extracto de nuestra charla con Víctor.

Después de estos años en la radio, imaginamos que habrás conocido muchas historias interesantes, ¿cuáles son las que más te han marcado?

Es difícil elegir entre tantas conversaciones interesantes y me vienen ahora muchas a la cabeza, pero si tuviera que rescatar alguna, me quedaría con la historia de Rosana Pagani, viuda de Mikel Trueba, un enfermo de ELA y la de Blanca Romá, escritora del libro «Una más del batallón» que narra cómo se enfrentó y superó un cáncer de mama.
Me emocioné con ambas entrevistas y aprendí de ellas a poner en perspectiva los problemas cotidianos y entender la virtud de aceptar lo que nos toca vivir en cada momento encontrando en la lucha y las ilusiones diarias una oportunidad para crecer.
Además de la dureza de algunas de sus experiencias de vida contadas por las propias protagonistas, disfruté y me sorprendí riéndome con Blanca cuando estuvimos hablando de cáncer de mama. Fue increíble ver cómo el sentido del humor es un ingrediente que puede ayudar a superar un cáncer.

Sabemos de tu compromiso con personas y con instituciones solidarias, ¿nos puedes contar algo sobre ello?

Desde pequeño, mis padres han sido ejemplo de solidaridad, constantemente embarcados en proyectos e iniciativas para ayudar a otras personas. Recuerdo cómo mis padres iniciaron una campaña de recogida de ropa, alimentos y medicinas para las personas afectadas por el huracán Mitch en Honduras, en el año 1998. Nunca llegamos a imaginarnos la envergadura que tomaría nuestra campaña, pues gracias a la solidaridad de toda la provincia de Jaén pudimos enviar entre 2 y 3 contendedores llenos de alimentos infantiles, alimentos no perecederos, medicamentos (clasificados y revisadas su fecha de caducidad) y ropa (clasificada por edades). Esta experiencia ha sido una de las mejores de mi vida, pues logró sacar lo mejor de mí en un momento de mi vida un tanto complicado.
Entre las cosas en las que participo está el proyecto Abecedario Solidario, una iniciativa de UniRadio Jaén, en colaboración con la Universidad de Jaén y Cruz Roja Jaén que persigue recaudar fondos para determinados colectivos. Así, por ejemplo, durante las 4 ediciones que hemos puesto en marcha hemos recaudado dinero para proyectos liderados por Cruz Roja Jaén dedicados a la infancia, a las familias en riesgo de exclusión social, a las familias de refugiados que llegarán a nuestra tierra, etc.
Además recopilé algunos temas de música de piano compuestos e interpretados por mí en un un par de CDs titulados “Renacer” y “Ahora más que nunca, por Jaén”, ambos con fines benéficos. En el primer caso, todo lo recaudado se entregó a la familia de Laura López Montiel, una chica de Jaén que tras sufrir un par de derrames cerebrales quedó con daño cerebral adquirido y gracias al cual, su familia pudo adquirir, entre otras cosas, un coche adaptado y personalizado a sus necesidades de movilidad. El segundo CD sirvió para recaudar fondos para el proyecto “Abecedario Solidario”, del cual hemos hablado anteriormente.

¿De dónde surge esta afición por la música?

La música es algo que me ha acompañado toda mi vida. Estudié piano en el Conservatorio hasta los 18 años y, aunque lo dejé en 4º curso a raíz de una mala experiencia con un profesor, imagino que siempre me quedó un vínculo especial con la música.
Un 7 de Marzo de 2008, tras un concierto de Momo Cortés en Sevilla, sentí que algo se removió dentro de mí y sentí la necesidad de volver a tocar el piano. El amor a la música y a mi esposa fueron el aliciente para empezar a componer, a día de hoy tengo 28 temas que comparto en mi canal de Youtube.
Me gustaría contaros, como anécdota, que el famoso conferenciante Luis Galindo, se pusiera en contacto conmigo para usar algunos de estos temas en algunas de sus charlas, ¡por supuesto que acepté!, casi no me lo creía cuando me llamó para pedirme permiso para hacerlo. ¡Es una bellísima persona a la que admiro muchísimo!

En tu trabajo de acompañamiento a emprendedores y empresarios ¿Qué consideras clave para el éxito de un proyecto empresarial?

Yo destacaría dos cosas: en primer lugar un trabajo previo y a fondo de la idea y del proyecto que quieres llevar a cabo. En segundo lugar creo que es muy importante embarcarse en un proyecto porque crees en él, y no sólo por necesidad. Emprender es una carrera de fondo en la que la pasión y el trabajo duro es imprescindible si quieres llegar a la meta.
No creo en la suerte, aunque sí es cierto que hay algunas circunstancias que se escapan a tu control y que a veces son de gran ayuda. Por suerte o por desgracia, en el mundo del emprendimiento como en la vida en general no siempre 1 + 1 es igual a 2, es decir, la incertidumbre de lo que va a pasar es algo con lo que tienes que aprender a convivir.

¿Qué carencias ves entre las personas que quieren emprender?

Creo que una asignatura pendiente es la comunicación. A los emprendedores les cuesta exponer su proyecto y saber conectar con colaboradores, clientes, posibles patrocinadores… Además pienso que hay una carencia de cultura emprendedora desde pequeños. Se debería fomentar la inquietud, la curiosidad, querer descubrir nuevas cosas, tener ganas y ser conscientes de la importancia de intentar luchar por tus sueños porque el tiempo pasa demasiado rápido.
Como técnico del CADE creo que hay que ser muy realista con los proyectos que plantean los usuarios, lo que a veces puede ser duro para ellos, pero al mismo tiempo es importante hacerles conscientes de las fortalezas y de las cosas que hacen bien y darles un mensaje que los re-ilusionen.

Después de algo más de una hora de agradable conversación, Víctor, sin nombrarlo, se define como una persona inquieta, apasionada, enamorada de la gente y de su trabajo; una persona optimista y comprometida. La palabra que más repitió a lo largo de nuestra charla fue “emoción”.

Antes de despedirnos comprobamos que, cumpliendo su propósito de año nuevo, aún quedaba un sorbo de café en su taza. Hubo aún unos minutos para bromear sobre el hecho de ser el entrevistador entrevistado y, deseando de poder compartir y dar a conocer sus nuevos proyectos, nos despedimos.
Muchas gracias Víctor.

 


Víctor Guillemo Figueroa en un minuto:

victor en un minuto1. Una cita que te inspire: “En cuestiones de cultura y de saber, sólo se pierde lo que se guarda; sólo se gana lo que se da” (Antonio Machado). Otra cita que es de mi propia cosecha: “El carácter efímero de la vida es lo que la hace tan valiosa”.
2. ¿Qué querías ser de niño? Bombero.
3. Algo que te apasiona. Hablar con la gente, escucharla y aprender de ella. Cada momento que pasamos con alguien es una oportunidad para aprender algo nuevo.
4. Algo que te hace sentir furioso (o te enfada, o te saca de tus casillas,…): La intolerancia y la hipocresía, me cuesta trabajo digerirla. El mundo es muy diverso, y eso es lo que lo hace ser tan maravilloso. Por otro lado, creo que debemos ser coherentes entre lo que pensamos y lo que hacemos, pues sólo así podemos ser auténticos.
5. Una foto que lleves ahora mismo en tu móvil que te guste y que quieras compartir.
Nota: Cuando se hizo esta entrevista, mi abuelita Rosario estaba con nosotros. Falleció el pasado 19 de Febrero. Puse esta foto tras mi cumpleaños (la foto refleja el momento de mi 40 aniversario) pues sabía que le quedaba poco.
6. ¿A quién te gustaría entrevistar?: A Michael Jordan y a Freddy Mercury
7. ¿Qué “superpoder” te gustaría tener? Conseguir que todas las personas que vienen a mi CADE puedan llevar a cabo sus proyectos, ¡eso sí que sería un grandísimo súper poder!
8. Un epitafio: Aquí yace alguien que siempre dio la mejor versión de sí mismo.


 

Si quieres seguir el blog de Víctor, pincha en el enlace: who whants to live forever

Positivismo sin piedad

Leía ayer este post de Julen Iturbe en el que compartía un texto del libro “La sociedad del cansancio”, de Byung-Chul Han, y que me hizo conectar con algunos apuntes e ideas que tengo recogidas en relación al positivismo. Consciente de mi ignorancia a cerca de los planteamientos de este autor (las citas que recoge Julen en su blog es lo único que he leído de él) y de que la cita que voy a comentar está sacada totalmente del contexto conceptual que Byung-Chul Han plantea en su libro, comento -en voz baja y con recato- un par de cosas sobre lo que escribe, enlazándolas con estas notas e ideas que tenía en modo reposo.

Por acotar la cosa, me voy a centrar en este párrafo:

‘La sociedad disciplinaria es una sociedad de la negatividad. La define la negatividad de la prohibición. El verbo modal negativo que la caracteriza el el “no-poder”. Incluso al deber le es inherente una negatividad: la de la obligación. La sociedad de rendimiento se desprende progresivamente de la negatividad. Justo la creciente desregularización acaba con ella. La sociedad de rendimiento se caracteriza por el verbo modal positivo poder sin límites. Su plural afirmativo y colectivo “Yes, we can” expresa precisamente su carácter de positividad. Los proyectos, las iniciativas y la motivación reemplazan la prohibición, el mandato y la ley’.

Pareciera que la crítica (o la explicación) que el autor hace de la sociedad disciplinaria estuviera escrita desde la perspectiva propia de la sociedad del rendimiento a la que también hace referencia. Asumir que la obligación es una negatividad inherente al deber no puede hacerse más que desde un posicionamiento filosófico y vital propio de algo así como un individualismo positivo extremo en el que el estado y las instituciones públicas y las corporaciones privadas se sacuden de un plumazo su responsabilidad sobre lo que quiera que sea la felicidad de sus ciudadanos y trabajadores, y sus posibilidades de mejorar, superarse o incluso emprender.

La obligación en sí misma no es necesariamente una negatividad o algo negativo. La obligación puede estar vinculada a valores como el compromiso, la responsabilidad o incluso al amor. La obligación tal vez sea un elemento imprescindible de la libertad, la igualdad, del aprendizaje, la educación,…

El que la sociedad del rendimiento con su peculiar positividad se desprenda de la vieja negatividad para infundirnos ese nuevo poder y optimismo sin límites, puede no ser más que una impostura, un lobo disfrazado de cordero, o si se prefiere un troyano, que dándonos nuevas armas nos hace más débiles, que quitándonos obligaciones nos hace más esclavos, que iluminándonos nos deja más ciegos y que prometiéndonos la felicidad como objetivo de vida nos hace más infelices. Una maniobra sutil montada desde un uso perverso del lenguaje que termina por hacernos insensibles a las contingencias que se van instalando con serenidad entre la tiranía de la normalidad y la busqueda de una felicidad con demasiados efectos secundarios indeseables.

No deja de ser curioso y una paradoja que en la sociedad del rendimiento, liberada ya de la negatividad de la obligación, con unos ciudadanos más informados, con una internet que parece que nos hace más inteligentes (cuantas dudas metodológicas y conceptuales despiertan este tipo de estudios), con la promesa de conseguir lo que nos propongamos si tenemos la adecuada actitud positiva,… seamos capaces de mantener y aguantar tantas situaciones injustas durante tanto tiempo sin mover más que un dedo para hacer clic en las campañas de apoyo que nos llegan por la red. Pareciera a veces que la sociedad del rendimiento y del positivismo sin piedad incapacita más nuestra posibilidad de reacción y compromiso que la vieja sociedad disciplinaría de las obligaciones.

Tal vez no sea buena idea analizar valores como la obligación o el esfuerzo desde el contexto político, desde el mundo de la empresa o desde la educación de hace 40, 50 o 60 años, pues nos puede llevar con cierta facilidad a renegar de ellos.

No, no creo que cualquier sociedad o cualquier tiempo pasado sea mejor, pero sí creo que hay elementos que tuvieron un gran peso en aquellas vidas que es necesario rescatar y poner en su justo valor en un nuevo escenario.

Nota: La imagen es una foto de la Catedral de Jaén, por J.M. Ballester

Comunicación: la metáfora del canal.

Nuestro lenguaje sobre el lenguaje está basado en un viejo mito, una metáfora que por un lado nos ayuda a entender(nos) y hablar(nos) sobre una supuesta realidad objetiva, y que a la vez nos sitúa de una manera y no otra en el mundo, estructura la forma en que percibimos lo que quiera que sea esa realidad y el modo en que nos relacionamos con ella y los demás.

Michael Reddy se refiere a esta forma de entender el lenguaje como “la metáfora del canal”. Esta metáfora plantea que las ideas, los mensajes (significados) son objetos, las expresiones lingüísticas serían una suerte de recipientes que contendrían estos objetos y la comunicación consistiría en el envío de estos objetos debidamente “empaquetados” de un lado a otro, de una persona a otra.

Emisor-mensaje-canal-receptor-…., esta es la caprichosa y cansina descripción de comunicación que desde pequeños nos han enseñado, que siempre hemos creído y que configura en cierto modo nuestra manera de entender las relaciones, la educación, los conflictos, la posesión de la verdad o incluso las relaciones de poder. Un modelo que ayuda a justificar ciertas concepciones y metodologías “industriales” de la comunicación, y el aprendizaje en el que el conocimiento no se descubre, no se construye ni se genera con el otro, sino que se posee como verdad cierta por parte de los docentes, los expertos o los políticos, y que éstos habrán de transportar, vender o regalar a su alumnado que aprende o a sus ignorantes y agradecidos ciudadanos.

“La metáfora del canal” una aparente verdad irrefutable y universal, un modelo fácil de explicar y hasta cierto punto descriptivo y cierto de lo que implica comunicar. Se podría decir que se trata de un patrón incluso útil para enfrentarnos de una manera racional con nuestras complicadas experiencias como seres verbales, como animales sociales. Se trata en definitiva, de una inteligente pirueta lingüística que nos ayuda a transformar algo tremendamente contextual, complejo y multicausado en algo más lineal, mecánico, manipulable y entendible.

Esta metáfora del canal supone que las palabras tienen significados en sí mismas como contenedoras de mensajes, de significados que son independientes de cualquier contexto o hablante/oyente. En cierta manera esta metáfora es cierta, justa y útil en muchas situaciones, aquellas en las que las diferencias de contexto y las diversas experiencias vitales de los oyentes y los hablantes son mínimas, no tienen importancia o no son relevantes.
Sin embargo no siempre son así las cosas, no siempre el conocimiento, los contenidos no pertenecen en exclusiva a las palabras que lo “transportan”, la realidad es más complicada, hay otros muchos factores a los que también interesa mirar si queremos entender los porqués y los significados de nuestras comunicaciones: el contexto, los valores, la ideología, la experiencia previa, los intereses, las actitudes, etc. de los hablantes y los oyentes que están construyendo -más que transportando- un mensaje. Y esto sería válido para cualquier tipo de interacción comunicativa, desde el RD de un BOE a la discusión en un foro, desde una clase magistral en un instituto o la universidad a una sesión de trabajo de consultoría.

Sería interesante no perder de vista que esta metáfora del canal, que tan bien hemos aprendido hasta el punto de impregnar nuestro ADN con ella, nos proporciona una visión útil pero parcial de lo que es la comunicación y todo lo que ella implica. No deberíamos dejar de reconocer que ésta no es más que una metáfora, una manera de entender(nos) de hablar(nos) sobre el lenguaje, y por tanto sobre nosotros mismos. La aceptación de esto nos exigiría como educadores, gestores, periodistas, políticos,… el beneficio de la duda, de la infidelidad con las propias palabras-ideas, más humildad y una mayor aceptación, (re)conocimiento y compromiso con los demás y sus discursos.

Las implicaciones de esto para oradores, profesores, consultores, psicólogos, políticos… no es pequeña. ¿Eres más canal o explorador, ponente o buscador, crees que tu papel es transmitir información o construir y compartir significados con tu audiencia, acabas tus exposiciones generado(te) más preguntas o más respuestas?

Por todo ello en Ideas Poderosas huímos de fórmulas mágicas o ‘libros de recetas’ cuando planteamos nuestros talleres, por todo ello no nos queda más remedio que aceptar la necesaria incertidumbre y la inevitable improvisación en nuestros cursos: ante personas distintas no puede haber dos experiencias formativas idénticas. Porque pensamos que aprender a comunicar es más un proceso orgánico que industrial, que es un proceso de autoconocimiento, que tiene que ver con cómo te relaciones contigo mismo y con los demás, con tus propósitos, con tu historia, con tus intenciones, pero también con el conocimiento y la aceptación de tu audiencia y con tu interés por sus valores, sus intenciones y su experiencias y por su manera de entender y hablar del mundo. Por todo ello proponemos en nuestros cursos: “encuentres tu voz, para expresarte, para ayudar a otros, para entender el mundo

Y cuando una persona encuentra humildemente su voz, hasta sus silencios tienen sentido.

Sobre las verdades a medias del lenguaje

Nuestro lenguaje sobre el lenguaje está basado en un viejo mito, una metáfora que por un lado nos ayuda a entender(nos) y hablar(nos) sobre una falsa realidad objetiva, y que a la vez nos sitúa de una manera y no otra en el mundo, estructura la forma en que percibimos lo que quiera que sea esa realidad y el modo en que nos relacionamos con ella y con los demás.

Michael Reddy se refiere a esta forma de entender el lenguaje como “la metáfora del canal”. Esta metáfora plantea que las ideas, los mensajes (significados) son objetos, las expresiones lingüísticas serían una suerte de recipientes que contendrían estos objetos y la comunicación consisitría en el envío de un lado a otro, de una persona a otra de estos objetos debidamente “empaquetados”.

Esta es la caprichosa y cansina descripción de comunicación que desde pequeños nos han enseñado, que siempre hemos creído y que configura en cierto modo nuestra manera de entender las relaciones, los conflictos, la posesión de la verdad o incluso las relaciones de poder. Un modelo que ayuda a justificar ciertas concepciones y metodologías “industriales” de la comunicación, y el aprendizaje en el que el conocimiento no se descubre, no se construye ni se genera con el otro, sino que se posee como verdad cierta por parte de los docentes, los expertos o los políticos, y que éstos habrán de transportar, vender o regalar a su alumnado que aprende o a sus ignorantes ciudadanos.

“Emisor-mensaje-canal-receptor-….”, una aparente verdad irrefutable y universal un modelo fácil para explicar lo que implica la comunciación. Se podría decir que se trata de un patrón adecuado, incluso útil, para enfrentarnos de una manera racional con nuestras complicadas experiencias como seres verbales, como animales sociales. Se trata en definitiva, de una inteligente pirueta lingüística que nos ayuda a transformar algo tremendamente contextual, complejo y multicausado en algo más lineal, mecánico, manipulable y entendible.

Esta metáfora del canal supone que las palabras tienen significados en sí mismas como contenedoras de mensajes, de significados que son independientes de cualquier contexto o de cualquier hablante/oyente. En cierta manera esta metáfora es cierta y justa en muchas situaciones, aquellas en las que las diferencias de contexto y las diversas experiencias vitales de los oyentes y los hablantes son mínimas, no tienen importancia o no son relevantes.

Sin embargo el conocimiento, el significado nunca estará en las palabras, en la oración misma, y habrá por tanto ocasiones en las que tiene mucha importancia el contexto, quiénes están diciendo o escuchando esas frases y cuál es su visión del mundo, sus intenciones, sus intereses o sus actitudes sociales y políticas.

Sería importante no perder de vista que esta metáfora del canal, que tan bien hemos aprendido hasta el punto de impregnar nuestro ADN social con ella, nos proporciona una visión útil pero parcial de lo que es la comunicación y todo lo que ella implica, y que resaltando unos aspectos de la misma se ocultan otros que nos exigirían como padres, educadores, directores, periodistas, políticos,… más humildad y una mayor aceptación, reconocimiento y compromiso con los demás.
Por tanto, sin dejar de aceptar las ventajas y beneficios de esta concepción de la comunicación (y por tanto de las relaciones -de poder-, del aprendizaje, de la enseñanza, de la dirección de grupos,..), no deberíamos dejar de reconocer que ésta no es más que una metáfora, una manera de entender(nos) y de hablar(nos) sobre el lenguaje y por tanto sobre nosotros mismos.

Las implicaciones de esto para oradores , profesores, gestores, consultores, psicólogos, políticos… es tremenda. ¿Eres más canal o explorador, ponente o buscador, crees que tu papel es transmitir información o construir y compartir significados con tu audiencia, acabas tus exposiciones generando(te) más preguntas o más respuestas?

Por todo ello en Ideas Poderosas huimos de fórmulas mágicas o libros de recetas cuando planteamos nuestros cursos, por eso no nos queda más remedio que aceptar la necesaria incertidumbre y la inevitable improvisación en nuestro talleres. Porque pensamos que aprender a comunicar es más un proceso orgánico que industrial, que tiene que ver con cómo te relaciones contigo mismo y con los demás, con tus miedos a dejarte ver, con tus propósitos, tus valores, con tu historia, con tus intenciones. Por eso lo primero que te proponemos es que no huyas de tus emociones, sino trabajar desde ellas, creemos que esta es la mejor forma de encontrar tu voz.
Y cuando una persona encuentra humildemente su voz, hasta sus silencios tienen sentido.

Nota: Algunas de estas reflexiones surgen a raiz de la lectura del libro: Metáforas de la vida cotidiana. George Lakoff y Mark Johnson. Catedra, 2005

Comunicación: La estrategia del biquini (el arte de sugerir)

La comunicación es intercambio y en el intercambio se pueden producir encuentros, aunque también desencuentros; afinidades, aunque también contrastes; acuerdos, aunque también desacuerdos.

Expresarse bien es entregar adecuadamente lo que queremos compartir y se convierte en un arte: el arte de comunicar. Hacerse entender y que la otra persona esté dispuesta a escucharnos, además de escuchar y estar dispuesto a entenderla, es una actitud muy poderosa que nos ayuda a mejorar nuestra influencia, nuestro carisma y nuestra reputación.

Para mí, el arte de comunicar es el arte de sugerir, de evocar imágenes, de traer a la mente de quien tengo enfrente recuerdos, ideas, experiencias.

Hoy leyendo un post de un blog que nada tiene que ver con lo que estoy escribiendo, ha aparecido ante mí una imagen muy sugerente en forma de metáfora, el autor del blog terminaba escribiendo “No olvidar el efecto biquini: menos es más”. “Menos es más” fue el lema del arquitecto y diseñador industrial Ludwig Mies van der Rohe, que con su trabajo ha influido notablemente en la arquitectura contemporánea y, cómo no, en muchas personas dedicadas al arte, al diseño, a la publicidad y también a la comunicación. Aunque yo me quedo, de esa frase, con la metáfora del biquini, que ha evocado en mi una serie de imágenes que relacionadas con la comunicación me han hecho visualizar de manera muy clara algunos aspectos clave de la forma en que interaccionamos con los demás.

El biquini es una prenda de baño femenina compuesta por un sujetador y una braguita ceñida que proporciona a quien la viste frescor, comodidad, mayor contacto del cuerpo con el agua y mayor extensión en el bronceado de la piel. También puede convertirse en una prenda de vestir para la seducción.

Una comunicación eficaz podría esquematizarse como una línea en la que en un extremo estaría lo evidente y en el extremo opuesto lo poco estimulante, siendo la parte central de esa línea lo sugerente. Lo evidente aburre porque no aporta nada nuevo, lo poco estimulante también aburre porque no emociona, lo sugerente activa, despierta el interés y demanda más información; emociona y activa la curiosidad.

Siguiendo con la metáfora del biquini, a más biquini, menos cuerpo; resultado: el biquini deja de cumplir su función, es menos estético, poco estilizado y nada sugerente. A menos biquini, más cuerpo; resultado: lo demasiado evidente puede captar al principio la atención aunque rápidamente decae el interés, abruma e incomoda.

Tanto en la comunicación cara a cara como cuando hablan en público, hay personas que son parcas en palabras, no describen, no cuentan, se limitan a aportar fríos datos y argumentan sin emoción. Resultado: rápidamente dejan de ser escuchados porque no entusiasman, no sugieren, no emocionan (demasiado biquini). Otras, sin embargo, tratan de explicar todos los detalles, se desvían del objetivo para centrarse en lo anecdótico, utilizan grandes fuegos de artificio para presentar sus argumentos, se extienden en sus intervenciones, lo enseñan todo. Resultado: aburren porque agotan, consiguen que el interlocutor desconecte porque todo es esperable y finalmente obtienen como resultado que les dejen de escuchar (demasiado poco biquini).

El arte de comunicar es el arte de sugerir y sugerir es crear imágenes poderosas, ideas estimulantes, recuerdos y vivencias emocionantes, propuestas seductoras.

El lema de Ludwig Mies van der Rohe era “menos es más” sin embargo también podemos afirmar que “más es menos”.

La próxima vez que tengas algo importante que comunicar, ¿qué clase de biquini utilizarás?…