Positivismo sin piedad

Leía ayer este post de Julen Iturbe en el que compartía un texto del libro “La sociedad del cansancio”, de Byung-Chul Han, y que me hizo conectar con algunos apuntes e ideas que tengo recogidas en relación al positivismo. Consciente de mi ignorancia a cerca de los planteamientos de este autor (las citas que recoge Julen en su blog es lo único que he leído de él) y de que la cita que voy a comentar está sacada totalmente del contexto conceptual que Byung-Chul Han plantea en su libro, comento -en voz baja y con recato- un par de cosas sobre lo que escribe, enlazándolas con estas notas e ideas que tenía en modo reposo.

Por acotar la cosa, me voy a centrar en este párrafo:

‘La sociedad disciplinaria es una sociedad de la negatividad. La define la negatividad de la prohibición. El verbo modal negativo que la caracteriza el el “no-poder”. Incluso al deber le es inherente una negatividad: la de la obligación. La sociedad de rendimiento se desprende progresivamente de la negatividad. Justo la creciente desregularización acaba con ella. La sociedad de rendimiento se caracteriza por el verbo modal positivo poder sin límites. Su plural afirmativo y colectivo “Yes, we can” expresa precisamente su carácter de positividad. Los proyectos, las iniciativas y la motivación reemplazan la prohibición, el mandato y la ley’.

Pareciera que la crítica (o la explicación) que el autor hace de la sociedad disciplinaria estuviera escrita desde la perspectiva propia de la sociedad del rendimiento a la que también hace referencia. Asumir que la obligación es una negatividad inherente al deber no puede hacerse más que desde un posicionamiento filosófico y vital propio de algo así como un individualismo positivo extremo en el que el estado y las instituciones públicas y las corporaciones privadas se sacuden de un plumazo su responsabilidad sobre lo que quiera que sea la felicidad de sus ciudadanos y trabajadores, y sus posibilidades de mejorar, superarse o incluso emprender.

La obligación en sí misma no es necesariamente una negatividad o algo negativo. La obligación puede estar vinculada a valores como el compromiso, la responsabilidad o incluso al amor. La obligación tal vez sea un elemento imprescindible de la libertad, la igualdad, del aprendizaje, la educación,…

El que la sociedad del rendimiento con su peculiar positividad se desprenda de la vieja negatividad para infundirnos ese nuevo poder y optimismo sin límites, puede no ser más que una impostura, un lobo disfrazado de cordero, o si se prefiere un troyano, que dándonos nuevas armas nos hace más débiles, que quitándonos obligaciones nos hace más esclavos, que iluminándonos nos deja más ciegos y que prometiéndonos la felicidad como objetivo de vida nos hace más infelices. Una maniobra sutil montada desde un uso perverso del lenguaje que termina por hacernos insensibles a las contingencias que se van instalando con serenidad entre la tiranía de la normalidad y la busqueda de una felicidad con demasiados efectos secundarios indeseables.

No deja de ser curioso y una paradoja que en la sociedad del rendimiento, liberada ya de la negatividad de la obligación, con unos ciudadanos más informados, con una internet que parece que nos hace más inteligentes (cuantas dudas metodológicas y conceptuales despiertan este tipo de estudios), con la promesa de conseguir lo que nos propongamos si tenemos la adecuada actitud positiva,… seamos capaces de mantener y aguantar tantas situaciones injustas durante tanto tiempo sin mover más que un dedo para hacer clic en las campañas de apoyo que nos llegan por la red. Pareciera a veces que la sociedad del rendimiento y del positivismo sin piedad incapacita más nuestra posibilidad de reacción y compromiso que la vieja sociedad disciplinaría de las obligaciones.

Tal vez no sea buena idea analizar valores como la obligación o el esfuerzo desde el contexto político, desde el mundo de la empresa o desde la educación de hace 40, 50 o 60 años, pues nos puede llevar con cierta facilidad a renegar de ellos.

No, no creo que cualquier sociedad o cualquier tiempo pasado sea mejor, pero sí creo que hay elementos que tuvieron un gran peso en aquellas vidas que es necesario rescatar y poner en su justo valor en un nuevo escenario.

Nota: La imagen es una foto de la Catedral de Jaén, por J.M. Ballester

Conceptos, metáforas y mármol

Contaba el diario Clarín esta misma semana que ‘una empleada del museo italiano Bozen-Bolzano, llegó por la mañana al museo y vio lo que le pareció un desorden: botellas de champagne vacías, papel picado, guirnaldas, colillas de cigarrillos, en fin, todo lo que queda después de un final de fiesta. Convencida, barrió todos los objetos, poniéndolos en bolsas de basura que clasificó de manera ecológica. Lo que nunca sospechó la señora fue que no se trataba (¡para nada!) de basura sino ¡de una obra de arte! Era ni más ni menos que Dónde podríamos ir a bailar esta noche de las artistas Sara Goldschmied y Eleonora Chiari’.

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Detalle de “Dónde podríamos ir a bailar esta noche”, Sara Goldschmied y Eleonora Chiari

Parece ser que esta falta de cultura y sensibilidad artística no es algo exclusivo de los profesionales de la limpieza de museos de países mediterráneos, también ha ocurrido en la Tate Britain y otros museos alrededor del mundo.
Tal vez no habría ocurrido lo mismo si la obra abandonada a su merced en mitad de la sala de exposiciones hubiera sido ‘El rapto de Proserpina’.

El metafórico poder de las palabras hace posible que términos como arte o artistas sirvan apara referirnos a cosas tan diferentes. Después vienen individuos como Bernini con su mármol y sus cosas a poner todo en su sitio y a liarnos con el uso que hacemos del lenguaje…

Reivindicar lo cotidiano

[wr_row][wr_column]Cuando las creencias nos alejan de nuestros compromisos y nuestros valores, cuando pasamos más tiempo planificando cómo va a ser nuestro futuro el día que tengamos la motivación suficiente y los planetas se alineen en aquario que remangándonos y poniéndonos manos a la obra, cuando dedicamos el mayor esfuerzo a ejercitar nuestro cerebro con frases autocomplacientes en positivo mientras renunciamos a asumir riesgos y actuar en nuestro ambiente, cuando dedicamos más tiempo a la mente que a la vida…. tal vez algo está fallando.

Entre tantos discursos cultos y glamurosos sobre el poder de la energía positiva, entre tantos relatos de dudosa base empírica sobre las capacidades de nuestro cerebro no exploradas ni aprovechadas por la mayoría de los mortales, entre tanta creencia de un “si quieres puedes” mágico y pervertido, entre tanto quiromante y fingidas ciencias,…me apetece reivindicar con este recorte (2 minutos) del final de uno de los programas “Las noches de Ortega” la necesidad de la evidencia, el contacto con la realidad y la importancia de lo cotidiano. No es la impostura de la felicidad o su búsqueda la condición necesaria para vivir o arrancar cada día. Son las acciones vitales, el contacto real con el aquí y ahora, el compromiso con lo que en cada momento nos toca hacer y comprometernos, los movimientos más importantes -también los más bellos- para, llegado el día de mirar nuestra historia y a pesar de los inevitables momento duros vividos, narrarnos y reconocernos felices.

De lo contrario corremos el riesgo de escribir una biografía con mucho cuento y poca historia.[/wr_column]][wr_text]Cuando las creencias nos alejan de nuestros compromisos y nuestros valores, cuando pasamos más tiempo planificando cómo va a ser nuestro futuro el día que tengamos la motivación suficiente y los planetas se alineen en aquario que remangándonos y poniéndonos manos a la obra, cuando dedicamos el mayor esfuerzo a ejercitar nuestro cerebro con frases autocomplacientes en positivo mientras renunciamos a asumir riesgos y actuar en nuestro ambiente, cuando dedicamos más tiempo a la mente que a la vida…. tal vez algo está fallando.

Entre tantos discursos cultos y glamurosos sobre el poder de la energía positiva, entre tantos relatos de dudosa base empírica sobre las capacidades de nuestro cerebro no exploradas ni aprovechadas por la mayoría de los mortales, entre tanta creencia de un “si quieres puedes” mágico y pervertido, entre tanto quiromante y fingidas ciencias,…me apetece reivindicar con este recorte (2 minutos) del final de uno de los programas “Las noches de Ortega” la necesidad de la evidencia, el contacto con la realidad y la importancia de lo cotidiano. No es la impostura de la felicidad o su búsqueda la condición necesaria para vivir o arrancar cada día. Son las acciones vitales, el contacto real con el aquí y ahora, el compromiso con lo que en cada momento nos toca hacer y comprometernos, los movimientos más importantes -también los más bellos- para, llegado el día de mirar nuestra historia y a pesar de los inevitables momento duros vividos, narrarnos y reconocernos felices.

De lo contrario corremos el riesgo de escribir una biografía con mucho cuento y poca historia.[/wr_text][/wr_column][/wr_row]

Volviendo a la Escuela Arte Granada. Pura química

Ayer 8 de noviembre comenzamos nuevo curso en la Escuela Arte Granada. Volvemos a impartir la asignatura Técnicas para hablar en público, especialmente enfocada a la preparación de competencias y habilidades de comunicación para la presentación abierta al profesorado y los alumnxs del proyecto final. Este año estaremos aprendiendo con dos grupos de “Diseño Gráfico y multimedia” y uno más de “Diseño y Arquitectura de Interiores”

Ya le hemos tomado el pulso a dos de los tres grupos y las primeras sensaciones han sido realmente buenas. Un grupo activo de alumnxs de procedencia, experiencias y aspiraciones muy diversas, pero todos con interés en lo que está por venir y con ganas de comenzar a ponerse a prueba.

Las 4 horas de clase de Técnicas para hablar en público han pasado casi sin darnos cuenta y hemos vuelto a disfrutar en las clases de nuestra escuela de diseño preferida.

En Ideas llevamos varios días investigando qué factores hacen que trabajar en la EAG cause estos buenos efectos, y creo que ya hemos dado con ellos: seriedad, profesionalidad y tres elementos claves para que todo funcione de manera especial (Belirio, Niquel y Cesio). Pura química.

Los toros, leídos: Juegos de comunicación para aprender a hablar en público

Miguel Ángel, uno de los mejores psicólogos clínicos -sin duda-  al sur de la Gran Bretaña, me comentaba una mañana calma en nuestro Albayzín que, a él, los toros le gustaban leídos. Vegetariano entonces, más por sensatez que por ‘religión’, y de espíritu pacífico, no soportaba ver a un animal desangrarse a borbotones. Sin embargo Miguel Ángel no podía resistirse a las crónicas taurinas de Joaquín Vidal en El País de entonces.

Las palabras crean escenarios que pueden desligarnos de la realidad que describen, contextos verbales que pueden llegar a generar incluso sensaciones contrarias a las que sentiríamos si nos expusiéramos a las experiencias directas a las que hacen referencia.

En Ideas Poderosas, como cada otoño, estamos preparando una nueva edición de los talleres para hablar en público. Aquí contamos algo sobre nuestro enfoque y nuestra manera de entrenar estas habilidades.

Cuando este lenguaje es escrito necesitamos hacer un ejercicio serio de atención y reflexión, además de contar con los minutos necesarios. En estos tiempos líquidos de atención líquida y lectura líquida, la importancia de saber cómo contar tu historia más allá de las palabras adquiere una especial importancia. La dimensión y el alcance de los youtubers o de las charlas TED nos hablan de ello. Más allá de los argumentos y las palabras que nos ayuden a encantar, y desligar, ligar, o religar  a  los que nos escuchan de lo que quiera que sea la realidad, nuestra manera de hablar, de movernos, de gesticular, la forma de utilizar las pausas (            ), de se-pa- rar o darle fuerrza a algunas palabras, etc. es también clave (aunque visto lo visto pareciera que estas habilidades para hablar en público fuesen muy importantes para defender una programación ante un tribunal en oposiciones, pero nada relevantes para llegar a ser presidentes de gobierno).

Nada nuevo bajo el sol, aunque tal vez en estos escenarios académicos y laborales modernos de inmediatez e imagen, todos estos aspectos relacionados con comunicar adquieren una mayor importancia.

Al igual que es posible desligar el lenguaje de la realidad, lo que supone un gran ejercicio de creatividad intelectual y de habilidad lingüística, podemos desligar todos estos elementos que acompañan a lo que decimos (eso que siempre han llamado la parte no verbal de la comunicación) de nuestros argumentos. Esto último es un gran ejercicio para entrenar nuestra capacidad expresiva y para generar mayor atención y confianza entre los que nos escuchan.

En nuestros talleres de ‘Encuentra tu voz‘, ‘Training using drama‘  y ‘Haciendo presentaciones eficaces’ realizamos por un lado ejercicios prácticos para desvincular la narración de la realidad que se pretende describir, y por otro trabajamos con algunas  actividades para desligar nuestra manera de contar y actuar, de los argumentos que tenemos, tal y cómo hace magistralmente Will Stephen en este divertido TED.

Este tipo de ejercicios son una parte importante de nuestros cursos, parte del proceso de encontrar la propia voz y aprender a exponerse delante de una audiencia que te escucha, pero además son un reto personal, un momento clave del diseño que vamos modificando y mejorando gracias a la experiencia de cada taller que realizamos. Son momentos  a la vez divertidos y de vértigo en los que probarse a uno mismo en un contexto de aprendizaje y seguridad. Momentos en los que equivocarse  y experimentar con la propia ansiedad son parte de las reglas del juego.

Por cierto, hoy Miguel Ángel es vegetariano pero omnívoro practicante, también por sensatez, de paladar exquisito y buen cocinero, y aunque disfruto en su blog de sus recetas leídas,  yo las prefiero en la mesa. Porque un untiocomiovaatoslaos.

 


 

Nota: En Ideas Poderosas, como cada otoño, ya hemos empezado a diseñar para el próximo mes de noviembre una  nueva edición de nuestros talleres para aprender a hablar en público “Encuentra tu voz” “Training using drama” y “Haciendo presentaciones eficaces”, que este año muy posiblemente celebraremos en Granada. Os iremos contando

Apuntes sobre igualdad

La igualdad, como la libertad, habita más en en los verbos que en los nombres, en la posibilidad real de hacer y de cambiar el mundo, nuestro lenguaje y las circunstancias que nos comprometen con la vida que queremos y con nuestros valores. Por eso tal vez a veces esa forma de contar la realidad más centrada en el cromosoma que en la acción, más que acercarnos, nos aleja de esa igualdad. Por supuesto que ante tantos años de historia y de relatos de discriminación en que la mujer ha estado oculta es muy importante hacer que se vean y darles visibilidad, pero sin que los sustantivos hagan sombra a los verbos, sin que  achiquen a la persona, al valor, la importancia o la excelencia de sus logros.

Más allá de la seducción de las palabras, creo que ese es el efecto de algunos titulares, de ciertos relatos. Desde el lado opuesto, creo que no ha sido sobre todo a base de titulares, sino gracias a la  desigualdad desapercibida, esa que sin explicarnos hemos aprendido, la que sin darnos cuenta hemos mamado desde pequeños,  la que ha hecho fuertes nuestros prejuicios y nuestros comportamientos machistas, muchos de los cuales ni siquiera somos capaces de reconocerlos cuando andamos en ellos.

La igualdad, como la libertad, habita más en en los verbos que en los nombres. A veces los (malos) modos de visibilizar empequeñece a las mujeres y nos ciega ante grandes trabajos

Es muy importante la (bien intencionada y bien usada) visibilidad de la mujer a la vez que leyes y acciones de apoyo directo a mujeres. Recortando y parafraseando acá y allá del TED de Michael Kimmel: Los hombres blancos de Estados Unidos y Europa han sido y son los beneficiarios del mayor programa de discriminación (positiva) de la historia de la humanidad. Tal vez no nos demos cuenta -“el privilegio es invisibles para aquellos que lo tienen”- pero esa es nuestra historia. Y esto tiene que dejar de ser así, porque es lo justo y es lo correcto, pero también por puro interés, por el bienestar de los propios hombres. Hacer visible su propio género a los hombres es el primer paso para implicarlos en la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres.

Al mismo tiempo que se llevan a cabo estos cambios, tal vez habría que alentar el valor y la fuerza de lo sutil, de lo que está tan presente que no se ve y no necesita ser nombrado continuamente para ser. Necesitamos generar más escenarios de igualdad desapercibida y dejarlos estar, esos que se respiran y se calan hasta los huesos sin darte cuenta y te hacen vivir mejor la vida. Todo ello tiene que ver con los verbos, con lo que hombres y mujeres hacen y tiene la libertad de elegir hacer, con las nuevas realidades que podemos ver en las calles, colegios, hospitales, casas, mercados,… Escenarios que nos harán cambiar no sólo nuestros prejuicios y la manera de vivir y relacionarnos, también la manera en que haremos los titulares y usaremos nuestras palabras.

Nota: La imagen es una foto de la Casa de las Vestales, en los Foros Imperiales de Roma.

Aprendiendo a hablar en público: resultados de una experiencia.

Como ya contamos en otro post, este curso hemos impartido la asignatura Aprender a hablar en público en la Escuela Arte Granada. En Ideas Poderosas llevamos más de 12 años formando a futuros docentes, estudiantes, jóvenes, personas desempleadas, equipos directivos, consultores, asociaciones de empresarios, profesionales del tercer sector, de fundaciones y de entidades públicas y privadas del ámbito de la sanidad, finanzas, servicios sociales, seguros, etc. Fruto de esta experiencia son algunas de las acciones que hemos diseñado, normalmente en formato taller, para trabajar una serie de competencias de manera intensiva a lo largo de 2-3 días. Nos referimos a talleres como: Storytelling, Training Using Drama, Diseñando presentaciones eficaces o Encuentra tu voz. Recoger la esencia de estos talleres y adaptarlos a un formato de asignatura menos intenso y más espaciado en el tiempo era el primer reto a la hora de preparar nuestro nuevo trabajo en la Escuela Arte Granada.

Pensamos que una asignatura como aprender a hablar en público implica mucho más que el desarrollo de un programa estándar y automático para entrenar una serie de habilidades de expresión y comunicación ante una audiencia. Hablar en público para la mayoría de nosotros, que no estamos acostumbrados ni hemos sido enseñados a hablar de manera formal delante de otras personas, antes que un ejercicio de comunicación es una experiencia emocional intensa, antes que una actividad de enfrentamiento ante una audiencia es un actividad de enfrentamiento a uno mismo, a las propias sensaciones, a la incomodidad y la ansiedad de dejarse ver y sentirse vulnerable.

Por tanto no se trataba tan solo de entrenar en la clase habilidades propias del diseño y ejecución de una exposición oral: distribución del tiempo, estructura, selección de contenidos relevantes, inicio y final, lenguaje utilizado, uso de preguntas, dicción, mirada, vocalización, control de espacio, etc. y en definitiva todo lo relacionado con la comunicación verbal y no verbal. De manera congruente con esto, desde el primer día en el aula se trabajó el aspecto verbal-emocional -simbólico asociado a la experiencia de hablar en público, es decir trabajamos con la ansiedad, el temor a ser observado, al miedo al ridículo, a quedarse en blanco, a bloquearnos, etc. Y aprendimos que la ansiedad no es parte del problema, sino un elemento más desde el que trabajar en el marco de una buena ejecución.

Para conocer las expectativas, las actitudes y los temores previos de nuestros alumnos/as antes de comenzar la asignatura, el primer día de clase completaron dos cuestionarios. Después de cinco sesiones y 10 horas de clase los mismos participantes volvieron a responder los mismos formularios. De esta manera buscábamos tener algunas pistas acerca del efecto que puede tener el paso de los estudiantes por nuestra asignatura sobre sobre sus actitudes y otros aspectos emocionales relacionados con la experiencia de hablar en público.

Los resultados de estos formularios, que puedes verlos en esta infografía, y los resultados de la evaluación que el alumnado hizo de nuestro trabajo nos aportan algunos motivos para la satisfacción y, lo que es más importante, nos señalan aspectos a corregir y no pocas ideas para rediseñar actividades y métodos de trabajo y de evaluación que sin duda mejorarán la asignatura. Tomamos nota de cara al siguiente curso.

Nota: si a alguien le interesan los cuestionarios para utilizarlos a nivel personal o para trabajr con un grupo puede ponerse en contacto con nosotros en: imagina@ideaspoderosas.com

Consultoría y formación: retos y oportunidades

Seducir sin vender humo, diseñar desde las no-certezas, radicalizar la empatía, completar desde la simplicidad, aulas como laboratorios, aprender desde lo imprevisto y nunca dejar de observar. Cada nuevo curso, taller, experiencia formativa o de consultoría supone para nosotros un reto y una oportunidad.

EL RETO
En gran parte el reto tiene que ver con seducir sin vender humo, con conseguir que nuestros alumnos y clientes comiencen y terminen no sólo con ilusión, con buenas expectativas y con la sensación de haber participado en una experiencia divertida, sino también que hayan conseguido un aprendizaje práctico y útil que suponga un cambio real en su manera de trabajar y/o de conocerse y convivir con ellos mismo y con los demás.
En Ideas Poderosas nos gusta pensar que cada participante después de nuestros cursos, talleres o experiencias siempre se llevan algo nuevo en sus manos, en su cabeza y en su corazón. Para ello el planteamiento y diseño de cualquiera de nuestras actividades tiene siempre su inicio más en las dudas que en las certezas. En cada una de las acciones que diseñamos partimos de esta pregunta: ¿qué tiene que hacer (y este hacer tiene que ver tanto con eventos públicoscomo privados, es decir habilidades, actitudes, emociones, conceptos,…) o hacer de manera diferente una vez que termine su experiencia con nosotros? Sin renunciar a el valor de lo subjetivo y losconocimientos tácitos, siempre intentamos responder a esta pregunta de manera concreta,operativa y refiriéndonos a resultados observables.
El planteamiento serio de esta cuestión es ante todo un ejercicio radical de empatía, un ejercicio de infidelidad, de desconectar de los valores, creenciasy experiencias propias para conectar con las de nuestros alumnos y clientes. Esto implica conocer lo mejor posible a las personas y las organizaciónes en las que trabajan, sus funciones en ella y el contexto en el que tendrán que aplicar los nuevos aprendizajes, conocer qué nuevas habilidades necesitan y para qué, de qué manera las podrán aplicar o cómo los nuevos aprendizajes mejorarán su satisfacción personal con su propio trabajo. En este juego de empatía, el marco relacional que forman las emociones-relaciones-valores será clave para responder con éxito todas estas preguntas.

LA OPORTUNIDAD
Cada curso, cada proyecto de consultoría, cada experiencia formativa supone para nosotros una oportunidad para disfrutar de lo que nos gusta hacer, para andar en los zapatos de nuestros alumnos, para aprender y poner a prueba nuestro trabajo.
En este sentido nos gusta plantear nuestros talleres y cursos como laboratorios, espacios en los que no sólo los participantes pueden poner a prueba en un contexto de seguridad nuevas habilidades, sino donde nosotros podemos ensayar nuevas actividades y testearlas para desechar unas e integrar otras en nuestros procesos de trabajo. Intentamos de esta manera dejar espacio a la serendipia y el aprendizaje de lo imprevisto y observar lo que ocurre en nuestras sesiones de trabajo, lo que hablan nuestros alumnos y clientes, sus éxitos y sus bloqueos mientras están poniéndose a prueba a ellos mismos y a nuestras propuestas.
Esto hace que cada acción sea una experiencia radicalmente diferente y que el diseño de cada taller vaya evolucionando, depurandose y enriqueciéndose desde la simplicidad gracias a estas pruebas y a la gran información que, aún sin saberlo muchas veces, nuestros alumnos y clientes nos dan. De esta manera talleres como el de storytelling o encuentra tu voz van creciendo y ganando en capacidad de adaptación y aplicación con distintos colectivos, propósitos y contextos.

Para Ideas Poderosas el primer semestre de 2015 ha estado llenos de retos y oportunidades, pero sobretodo de personas con la inquietud de mejorar su trabajo y cambiar su realidad más inmediata que es la mejor manera, si no la única, de avanzar y cambiar el mundo.

 


 

(Gracias a la UNIA, Jaén Acoge, al Aula Integral de Formación, a Andalucía Emprende y los CADE de Arjonilla-Pegalajar-Puente deGénave-Orcera, al Ayuntamiento de Torres, al Complejo Hospitalario Ciudad de Jaén, a la Escuela Arte Granada y Antares Consulting por los retos y las oportunidades que nos habéis ofrecido estos último meses).

Modas y modos de la educación

No es nueva esta película-documental. Han debido de pasar más de dos inviernos desde que la vi, me pareció entonces larga y reincidente, con algunas ideas que creo valiosas pero en absoluto reñidas o incompatibles con muchos aspectos de la docencia tradicional como (me dio la impresión) de alguna manera se intentaba de-mostrar. Es cierto que existen malas prácticas en la dirección y organización de centros o en las formas de trabajar y crear experiencias de los docentes, pero esto no debiera servir de argumentos para poner en duda la funcionalidad y el valor de algunos de los elementos y principios básicos de la educación y el aprendizaje con el que muchos hemos crecido y con los que se siguen educando niños y niñas en todos los países del globo. Eppur si muove…

Nunca sospeché hasta qué punto conceptos como estilos de aprendizaje, inteligencias múltiples o neuroeducación podían ser más cienciología que ciencia, más una religión disfrazada de falsa modernidad que robustos constructos psicológicos aplicados y útiles. Ante tanto relato con tan débil argumento, nunca me parecieron más necesarios mis buenxs maestrxs con toda su carga de cariño pero también de con-pre(n)sión y exigencia. Educar con el miedo del que transporta objetos delicados, con cuidado de no molestar, crecer sin dolor,… Nada tiene que ver la autocomplacencia con la felicidad y nunca la felicidad será un buen objetivo para lograr alumnxs o hijos felices, sino más bien ciudadanos enfermos de sí mismos.

Tal vez llegados a este punto, en el que “pareciera que la ignorancia se nos haya vuelto glamurosa“, sea buen momento para reivindicar el valor de los contenidos, de los conocimientos, del saber de los docentes y hasta de la exigencia de esfuerzo o la posibilidad de los suspensos como derrota memorable y consecuencia imprescindible para el aprendizaje.
Dentro de un escenario de amor incondicional (¡joder, somos sus madres y sus maestros!) quizás necesitemos una educación con más sentido común y con menos miedo.