Liderazgo.- Las melodías que dejan huella

Esta charla TED de Benjamin Zander trata sobre la inspiración, sobre el liderazgo, sobre la visión de a dónde queremos llegar. Podría parecer que estas cosas están reservadas sólo para quienes tienen una posición de poder en una organización, para quienes toman decisiones de gran relevancia, para jefes de equipos o responsables de empresas, pero creo que en realidad, todo ello está relacionado con cada uno de nosotros, con nuestras vidas, con nuestros objetivos, independiente de nuestra posición en el grupo al que pertenezcamos (familia, amigos, empresa, club, asociación, etc.).

No producir sonidos, tal y como afirma Zander en la cita que aparece en la entradilla de este post, no significa no ejercer influencia. La influencia de un director sobre su orquesta es evidente: consigue que un buen puñado de músicos toquen sus instrumentos al unísono dando como resultado la interpretación de una partitura; pero si el director además es bueno, entonces la orquesta no sólo interpreta una partitura sino que ésta llega a convertirse en una bella melodía y, quién sabe, en toda una obra de arte.

En este punto, alguien podría preguntarme, ¿y qué pasa con los músicos?, y mi respuesta, sin ánimo de hacer una afirmación categórica y definitiva, sería que unos buenos músicos al mando de un mal director nunca superarán a unos músicos aceptables en manos de un excelente director. (Atención, si los músicos son realmente malos, ¡qué se prepare el director!).

En la labor de dirección de una orquesta (o de cualquier grupo humano) hay una intención de dirigir; más o menos consciente, más o menos premeditada; pero una intención de influir al fin y al cabo. Para mí, ahí está la trampa del liderazgo: pensar que para ejercer influencia hemos de tener una batuta y ponernos al frente de la orquesta. Podemos ejercer influencia sin batuta, sin estar al frente de nadie e incluso con el firme deseo de pasar desapercibidos, pero si hacemos las cosas con convicción, con pasión y con honradez (incluso sin producir ningún sonido) dejaremos huella, y ¿quién sabe? hasta quizá conseguiremos que los ojos de quienes nos rodean brillen.

Liderar es ejercer influencia, sin duda; pero sobre todo liderar es tener una visión, es visualizar el futuro que deseamos para nosotros y/o para quienes nos rodean, es el viaje que hacemos para unir un Si con un Mi dejando de pensar en cada nota separada en el camino y empezar a pensar en la larga línea que va del Si al Mi. Y ese viaje es inspirador, podemos hacer el viaje solos o acompañados, podemos hacer el viaje al frente o de manera más discreta desde el anonimato, podemos pretender movilizar a nuestro entorno o no tener esa pretensión y sin embargo generar ese movimiento.

Da igual si soy el director o el músico; si actúo con esa visión, si me comprometo con la partitura y si me concentro en la interpretación, estaré más cerca de convertir mi vida en un viaje agradable y apasionante, y eso, no pasará desapercibido para los demás.

Amores imperfectos (iii): Confronting confort

No suelo elegir el autobús sobre el coche, ni desactivar el aire acondicionado durante el verano o ponerme jerseys en casa en invierno, sin embargo, soy parte del mismo ’99 por ciento’ que exige una redistribución justa de la riqueza y de los bienes . Esta contradicción puede ser análoga a la que se enfrentan los ecologistas cuando cogen el avión para hacer política en contra de la contaminación causada por las emisiones de dióxido de carbono. La capacidad sin igual de los productos para ajustarse a los deseos individuales parece superar el esfuerzo colectivo necesario para lograr nuestras metas comunes.

Los comportamientos y los objetos están atados entre sí con millones de relaciones complejas. Objetos, como millones de pantallas; comportamientos, como millones de susurros dispersos enviados a receptores situados a gran distancia. Objetos como montañas de tazas preparadas para contener más café, a la espera de ser desechadas después de un solo uso; comportamientos como el acto de tirar vasos para café de papel. Objetos como bolsas de té ecológico del Nepal, comportamientos como la supervivencia de las personas involucradas en la cadena de producción para la fabricación de bolsas de té de Nepal. Comportamientos como dejar una porción de carne en el plato, objetos como la carne sobrante de esa misma vaca que se desecha en una bolsa de plástico negro.

El tamaño de una casa es un objeto al igual que su ubicación hace referencia a un comportamiento social. Las pantallas de ordenador, las bolsas de té, los vasos de plástico o papel , bistecs, casas…- todos los productos llevan dentro esperanzas de redención.

La noción de ‘necesidad’ está construida históricamente: los tiempos pasados no eran sólo tiempos incómodos, tiempos de sufrimiento, a pesar de que los productos eran más escasos de lo que son ahora. Todas las calles medievales no eran barrios pobres, y la gente en ciudades como El Cairo o Bangkok se las arregló para hacer su trabajo en las largas y calientes tardes de verano antes de la invención del aire acondicionado. A un nivel más reciente y personal , antes de la era de los desinfectantes de manos yo no enfermaba con mayor frecuencia. Sin embargo, la intrigante relación entre el esfuerzo y el sufrimiento parece haber bloqueado el mismo sentido común colectivo que nos hace ser consecuentes con la importancia de viajar en autobús en lugar del coche. La libertad individual pone en peligro la libertad de todos. Objetos que satisfacen nuestras necesidades de comodidad se acumulan en vertederos de gran tamaño, barrios marginales, atascos: estamos muy familiarizados con las imágenes de selvas y playas puestas en peligro. Sin embargo, el lujo duradero tiende a convertirse en un derecho, y los artilugios que nos proporcionan comodidad parecen ser inevitables.

El comportamiento es débil, los objetos son confiables. Dentro de este paradigma, la esfera colectiva es como un zoológico desconcertado, como una fiesta insoportable, como cualquier otra adicción.

Publicación original en el BMW Guggenheim Lab Blog.
Fotografía de Agnes Gunawan

Machismo y medios de comunicación

“12 causas para un 2013 menos machista” dedica el mes de julio a machismo y medios de comunicación, por eso, esta mañana, al comprar mi diario, he dado un vistazo a las portadas de la principal prensa nacional, incluida la deportiva. La foto principal, en dos de ellos, es de un grupo de personas, mayoritaria, si no exclusivamente, de hombres. En otros dos, tenemos a los Papas Francisco y Benedicto. En los deportivos, los deportistas; los, no las.

Sabía lo que me iba a encontrar; es un “juego” que practico desde hace años y sí, día tras día, esto es así. Cuando se fotografía a personas, los medios entienden que el hombre representa a la humanidad. La excepción solo confirma la regla. ¿Estoy exagerando? Mira cualquier diario, éste que tienes entre tus manos. Muchísimas más imágenes e información de hombres que de mujeres ¿verdad? ¡Y suerte que hoy no es lunes! Eso sí, para compensarnos, en el interior del que he leído, y a toda página, una guapa joven en bikini nos recomienda reservar ya nuestras vacaciones, y otra, con boca y ojos muy abiertos nos anuncia las rebajas del grande de los grandes. Cada cual en su papel.

¿Eso es reflejo del mundo real? No, señores medios; somos mujeres y hombres. Y si me apuran, unas poquitas más mujeres. ¿Qué ocurre entonces? ¿Es razonable que unos perdedores acaparen las portadas negadas a las campeonas? ¿Qué mecanismos, qué filtros, le llevan a una de las principales cadena de radio a entrevistar a diez hombres como los personajes claves de la autonomía andaluza? ¿Le parecería a usted normal al revés?

Pero los medios de comunicación podrían tener un papel decisivo para lograr la igualdad entre mujeres y hombres. Así, por ejemplo, en la televisión, que es un medio que llega e influye en la mayoría, y que tan machista es con frecuencia, ha habido alguna serie que mostraba modelos de socialización positivos, series que han tratado de una manera muy acertada el mundo laboral, la conciliación, la violencia de género o el acoso sexual.

Con internet, el acceso a la información, a la comunicación y al conocimiento son derechos de la ciudadanía. Las mujeres no podemos estar excluidas. El feminismo tiene esperanzas de que así sea.

El comportamiento de los científicos

Aceptemos que las verdades existen, pero sólo si reconocemos que son subjetivas. Las verdades objetivas son a la vez una especie de quimera, una tiranía y una ficción inventada.
Aceptemos el conocimiento científico como cierto pero sólo si reconocemos que es antes que nada conducta verbal de científicxs, que interactúan con el mundo y diseñan experimentos que ayudan a establecer relaciones, a describir contingencias y a predecir otras nuevas.

El método científico marca unas reglas que delimitan las fronteras del juego, estas reglas no son mandamientos de una religión, sino una potente herramienta que puede ser utilizada con más o menos pericia, entusiasmo o creatividad. El trabajo de lxs científicxs es tremendamente creativo, las reglas del método científico configuran un escenario que se presta a ser abordado de infinitas maneras. Más allá del impacto de una nueva certeza es esa herramienta la que carga de razón cada nuevo descubrimiento. Lxs científicos tienen la razón porque tienen un método, no porque tengan la verdad. Y esta verdad permanecerá como tal hasta que, utilizando el mismo método, sea sustituida por otra nueva.

A lo que íbamos, como se acaba de afirmar, el método científico marca una reglas ineludibles y necesarias, sin embargo la conducta de lxs científicxs en el estudio concreto de un hecho no debe estar gobernada por reglas sino moldeada directamente por las contingencias –más por el yo que actúa que por el yo que recuerda-, lo que significa que han de estar abiertxs a abrazar la infidelidad a si mismxs, a las propias creencias, a los intereses de sus pagadores, a sus hipótesis de partida, a sus descubrimientos previos.

Como quiera que los hallazgos y los conocimientos no pueden desligarse del contexto histórico y cultural en el que aparecen ni del comportamiento del que los elabora, es un error ubicar los resultados de la ciencia fuera de la interacción de los científicos con en el que mundo en el que trabajan y los hechos que estudian.

Y sobre esto Dan Ariely cuenta su historia de manera directa y sincera: ‘Lo más dificil, por supuesto, es reconocer que nosotros también a veces, estamos cegados por nuestros propios incentivos. Y esa es una lección mucho, mucho más dificil a tener en cuenta. Porque no vemos como el conflicto de intereses nos afecta. Cuándo estaba haciendo estos experimentos, en mi cabeza, yo estaba ayudando a la ciencia. Estaba eliminando los datos para llegar a un patrón verdadero. No estaba haciendo nada malo. En mi mente, yo era un caballero tratando de ayudar en el progreso de la ciencia. Pero este no era el caso.Yo estaba interfiriendo en el proceso con las mejores intenciones. Y creo que el desafío real es darnos cuenta cuáles son los casos en nuestras vidas donde el conflicto de intereses nos afecta, y no confiar en nuestra propia intuición para sobreponernos, sino tratar de hacer algo para prevenir que seamos victimas de estas conductas, porque podemos crear circunstancias no deseadas’.

Los conflictos de intereses (económicos, incentivos, temores, prestigio, reconocimiento,…) nos pueden llevar a ignorar unos datos, a sobrevalorar otros, a mirar a otro lado y de esta manera a inventar realidades -especialmente realidades sociales– sesgadas que terminan funcionando como una guía para la acción futura, haciendo así probable que estas realidades se conviertan en profecías autocumplidas. Por tanto en ocasiones se debiera tener cuidado con lo que nos cuentan que cuenta la ciencia para entender la realidad.

Al igual que Newton no estaba por encima de los efectos de la gravedad que el mismo definió, y seguía pegado a la tierra por la misma fuerza que hizo caer su manzana, ningún aprendiz, ningún científico o profesional es ajeno a su entorno y a las consecuencias de su propia mirada, de sus propuestas, sus pasiones, sus trabajos o sus descubrimientos.

Ser conscientes de nuestra imposible neutralidad, reconocer que nuestras decisiones (tanto si somos alumnos como docentes, jefes o subordinados, psicólogos o clientes, aprendices o expertos,…) también están sujetas a los mismos principios que influyen en el comportamiento y decisiones del resto de los mortales para los que trabajamos, saber distinguir entre las causas de nuestras elecciones y las razones que sobre ellas nos damos (para dormir tranquilos, para encontrar(nos) un sentido o para escapar de nosotros mismos y nuestra respons-abilidad) parecen ser parte de la cadena de honestidad necesaria para crear esas verdades-subjetivas útiles y comprometidas, responsables e innovadoras.

¿Machista o feminista?

“Ni una cosa ni la otra” me dirás. Siento contradecirte pero esto no puede ser. Y es que si buscamos los dos términos en el Diccionario de la Real Academia leemos que machismo es la actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres. El feminismo, por su parte, exige para las mujeres iguales derechos que para los hombres.
Como vemos el primero implica privilegios y el segundo no. La sociedad en que vivimos es machista, ello hace que todas las personas, en mayor o menor medida, lo seamos. Ser feminista consiste en darse cuenta de esa injusticia y tratar, cada cual con sus posibilidades, de eliminarla. En la medida en que dejamos de ser machistas somos feministas. Hay que tomar partido y estás en un lado o en el otro.
El feminismo es bueno porque es justo. Otra cosa es que te interese. Cuestiona el orden establecido pero quien tiene privilegios quiere conservarlos. A los hombres les cuesta cederlos y a nosotras también. El hombre tendrá que prescindir de situaciones ventajosas en mayor medida que la mujer, pero ambos cederán.
El machismo se asienta en la violencia contra la mujer, permite mutilar genitales de niñas invocando una tradición cultural. Le gusta que la mujer siga en el ámbito doméstico. Justifica que las mujeres ganen menos por el mismo trabajo. Que el poder esté en manos masculinas. Sólo aporta sufrimiento. Y ve natural que todo esto sea así.
Gracias al feminismo las mujeres conseguimos votar, estudiar, trabajar, decidir. El feminismo puso en la agenda política mundial el problema de la violencia de género. Y acabará con ella. Nos hace rebeldes. Podemos contemplar la maternidad como opción no como obligación. Igual que el matrimonio. No hay ruta predeterminada. Nos libera de un destino de subordinación y discriminación. En definitiva, el feminismo nos ofrece a las mujeres la posibilidad de ser personas.
A los hombres también. Les dice, por ejemplo, que no recae sobre ellos la responsabilidad de sustentar una familia. Porque ser hombre o ser mujer según los cánones establecidos es muy cansado.
Gracias al feminismo, podemos ser cómo queramos. El feminismo es una manera de estar en el mundo. ¡Vamos!

Amores imperfectos II

En el avión de vuelta un señor me habla de lo enano que se ha hecho el mundo, de lo perverso que es el capitalismo, del número de planetas que consumimos actualmente, de lo ridícula que se ha hecho la gente, mientras elegimos en la carta de vinos de la clase Business Plus que me toca de rebote y mientras probablemente hacemos uso de todo eso que criticamos. Espero el momento para preguntarle y qué hacemos los ricos.

Lo cierto es que tengo la sensación acumulada y discutida de que las diferencias lo son menos que antes; y que el mero concepto de lo ‘diferente’ se ha devaluado. Lo diferente ahora es algo de los matices y mi viaje tiene poco de aventura, las personas y los lugares nos parecemos cada vez más.

La libertad, que busca y crea causalidades, nos lleva a conectar lo que antes estaba disociado, pero conectar cosas e ideas y personas es uno y el mismo fenómeno con el cambio climático, son autopistas sobre la selva tropical de la cual sólo veo árboles ralos rodeados de un homongeneo manto de cultivo e infraestructura camino de Rio de Janeiro.
Asociando lo que antes estaba separado (las lenguas, los gustos, los ideales, los alimentos, las políticas, los sabores, etc) inevitablemente barremos los márgenes de un sistéma ecológico donde existían lugares sin traducción, rincones donde la humanidad hablaba otro idioma y respiraba otro aire.

La lectura de este mismo mensaje traza en sus destinatarios y emisor esa infraestructura del espacio común dominante. Los minutos que cada día compartimos en ese espacio común (mensajes, marcas, canciones, pensamientos, frases hechas) reducimos un poco más la diversidad. La cultura es cada vez más una curiosidad y el turismo entrará pronto en crisis, cada vez es más difícil hacer regalos de viaje, adonde ir cuando no haya nada exótico?, la búsqueda moderna de lo exótico puede haber sido una forma para incorporar lo diferente en lo igual, dentro de doscientos años me pregunto a qué distancia estará el español del inglés.

Si acaso, la homogeneidad se dividirá entre quienes median con las cosas (un concierto real de música) y quienes median con las maquinas que median con cosas (quienes van al médico por youtube). La misma mecánica de los rendimientos marginales (creo que se llama) que aplicamos a los bienes reclama su eficiencia en otras esferas de la vida: si un tipo de mensaje, si un ideal puede alcanzarnos a todos porqué tener varios.

El asunto es cuánto podremos subvencionar la diversidad, los tomates con piel gorda, los osos polares, las lenguas muertas, los bailes regionales, el hielo, la música que de verdad es alternativa, el amor atípico, la vida privada.

El vocabulario de lo real ya es menor y las diferencias nacerán como burbujas dentro de la homogeneidad; discutiremos sobre las diferencias entre este y ese capuchino, lo invisible estará en otras cosas y por un tiempo seremos más parecidos, aunque no debemos sentir nostalgia por las palabras perdidas sino reafirmar la dentellada que un lobo debe dar a una oveja: no podemos querer ser diferentes pero entendernos entre todos.

Pensiones de mujer, desigualdad salarial

Si usted dice que va a hacer reformas en su casa sabemos que quiere mejorarla. Si el Gobierno habla de reformar las pensiones tenemos claro que no. Se llama “hacer el sistema sostenible”. Si para ello se reúne un grupo de expertos ya no tendremos duda de que la cosa acabará fatal para nuestros intereses. El viernes próximo será la cuarta reunión.

Mercedes Ayuso, única integrante del grupo, impide que podamos hablar de “Doce hombres sin piedad”. Pretenden estas personas que suban las pensiones cuando crezca el producto interior bruto (o sea, ahora no) y que bajen en la crisis (es decir, ahora sí). También se habla de vincular la pensión a la esperanza de vida, lo que me ha recordado las palabras del ministro japonés de Finanzas, sobre que las personas mayores deben “darse prisa y morir” para no ser gravosas para el Estado. No sé si al caer en la cuenta de que las mujeres viven de media más años que los hombres, a Taro Aso, que así se llama el sujeto, se le ocurrirá alguna medida más contundente.

Pensé en mi pensión. Esto, claro está, en el caso para mí deseable de que lo pueda contar, y que, llegada mi edad de jubilación, en España quede aún algún derecho laboral.

Sabía que las mujeres ganamos menos que los hombres, existe desigualdad salarial, como también que todos los datos de empleo son peores. Pues luego, es aún peor: Según las estadísticas del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social a 1 de abril la pensión media por jubilación de un hombre es 1.140 euros, la de una mujer 688 y si es viuda 628. Diez euros, seis, y cinco y medio. Esa es la proporción y eso es violencia económica.

Qué busquen en otra parte porque aquí no sé qué quieren rebajar. Comparando: Por cada 8 jubilados sólo uno cobra más de 2.000 euros. Si eres viuda esto ocurre una de cada 3000 veces. Has leído bien: 8 y 3.000. Algún dato más de las pensionistas: Hay algo más de 2 millones de viudas. De ellas, un millón y medio cobra menos de 645 euros. La mitad tienen más de 80 años y muchísimas viven solas con los gastos extra que ello supone. Ahora se pagan parte de sus medicinas. Sí, comparo dos colectivos diferentes, jubilados y viudas, pero no está en mi ánimo engañar sino hacer visible. Unos cotizaron; otras, en su mayoría, no. El sistema te empuja a ser familia pero la realidad te recuerda que eres individuo. Estos hombres y estas mujeres vivieron a la vez en la misma España y con el modelo de familia tradicional en que el trabajo de uno se remuneraba y el de otra no. Ellas no trabajaron menos pero su pensión sí es menor. Esto va cambiando, ahora más del 40% del empleo es femenino. No obstante, recuerda: base reguladora y años cotizados. Y los cuidados no cotizan.

Laboratorio de Ideas Poderosas: Cata-experimento sobre innovación

Llegamos a Geolit Business Camp, una excusa para hacer que pasen cosas, un contenedor de experiencias en Expoliva 2013 ideado por el singular equipo de Geolit, el viernes 10 de mayo, aún con la alargada sombra del buen trabajo de los amigos de Gudmornin cOmunicAcióN sin ReGlaS flotando en la carpa. Llegamos con buen café y algunas ideas para degustar durante la mañana. La sabiduría de los sentidos la traía Fernando Gómez, sumiller de Paladares Linares y profesor en la Escuela de Hostelería de la Laguna. Su equipaje para la jornada: una sensibilidad refinada, un laboratorio infalible entre su nariz y su boca, 200 gramos de arábica y robusta tueste natural de primera calidad, una bolsa de perrunas y tres de roscos de vino de un horno tradicional y su buen hacer de artesano de los que se reconocen al instante.

Cuando Jesús Muñoz, gerente de Geolit, nos propuso a Juan Luís y a mi participar en este espacio que el parque científico tecnológico quería dinamizar dentro del contexto de Expoliva, pensamos en meternos en un berenjenal y liarnos en un pequeño experimento. Esta fue nuestra propuesta: hacer una breve cata dirigida de algunos productos, escuchar los sentidos y dejar que nos sorprendieran; todo ello dirigido por un buen maestro de ceremonias que nos inspirara y, a partir de las sensaciones y de sus palabras, dejarnos llevar, improvisar, conectar puntos y hacer equivalencias entre esta experiencia, el emprendimiento y la innovación en el medio rural. Sobre la marcha improvisaríamos un breve power point con una plantilla simple como base para la presentación que utilizaríamos para compartir las ideas poderosas provocadas por ese contexto.

Las explicaciones de Fernando, nuestro sumillier, fueron más que interesantes, sus conocimientos, su pasión por el tema y su manera de desenvolverse no pasaron desapercibidos, y las preguntas y las ganas de saber más de los que allí estaban nos dejaron sin tiempo para compartir las ideas que nos sugirió esta cata-experimento. Aprovechamos ahora nuestro blog para pensar en voz alta y dejar salir estas ideas escritas a vuela pluma, improvisadas, muy esquemáticas y nada elaborados.

DEGUSTANDO LOS SABORES DE LA INNOVACION Y EL EMPRENDIMIENTO EN EL MEDIO RURAL

1. Aprender a escuchar los sentidos nos permitió descubrir nuevos matices en el café, saborearlo de diferente forma a la habitual, prepararlo y beberlo de otras maneras. Si tuviera que vender café o trabajar con los hábitos de su consumo de la población mi enfoque sería sin duda mucho más rico, creativo y con más posibilidades después de esta experiencia. Escuchar todo lo que tiene que decirte un producto, no solo lo que tú quieres oír, y hacerlo desde todos los puntos de vista se antoja fundamental para la innovación. Si tus ojos son tan dominantes en tu manera de percibir el mundo que esto anula tus otros sentidos, busca la ayuda de un ciego, rodéate de ellos por un tiempo, hazles probar tu producto y escúchalos con todo tu interés. Si quieres innovar busca a personas que no sepan lo que tú sabes, que no miren como tú miras, que no digan lo que tú dices.

2. La innovación no está sólo en el producto en sí y sus características, también en sus formas de uso, en las maneras de consumirlo y de relacionarte con él. Durante la cata aprendimos otras maneras de consumo de café en otros países, los modos tradicionales de prepararlo en las zonas rurales, en países productores donde tienen el producto pero no la tecnología para hacer café como el que sale de nuestras cafeteras. Esto marca otra frecuencia y maneras de beberlo, lo que abre otras posibilidades de hacer negocio. El medio rural guarda formas distintas de vivir y relacionarse con el entorno, con los productos. Estudiar esas “maneras de vivir” también puede ser fuente de emprendimiento e innovación.

3. Siguiendo en la misma línea, podríamos distinguir entre recursos y productos. Podemos tener unos excelentes recursos en nuestro entorno rural, por ejemplo un paraje natural único, un conjunto histórico singular y de gran valor o unas galletas hechas con buena harina y mucha pasión. Sin duda son todos ellos recursos de gran valor, pero eso no los convierte en un producto sólo porque les pongamos precio, los empaquetemos o los anunciemos en nuestra web invitando al universo entero para que nos visite.
Tampoco existe un algebra simple entre recursos y productos. Como antes hemos dicho, podemos tener varios recursos y ni un solo producto, pero también pudiera ocurrir lo contrario: que un mismo recurso, que el mismo puñado de átomos sea a la vez varios productos diferentes. ¿Por ejemplo, cuántos productos pueden contener ese paraje natural único? En potencia, al menos tantos como formas de “consumirlo”, de experimentarlo.

4. No sólo fue un placer probar las diferencias en sabores, textura, olor, consumos (distintos productos al fin y al cabo) de un mismo tipo de café (un único recurso), también probamos esa mañana las perrunas y los roscos de vino. Y fue curioso y un placer sentir cómo cambiaban y se potenciaban los sabores y surgían nuevos al mezclar unos con otros. “El concepto principal tras el maridaje reside en que ciertos elementos que se encuentran en los alimentos y en el vino, como la textura y el sabor, reaccionan de manera diferente al mezclarse; y encontrar la combinación adecuada de éstos hará del comer una experiencia más placentera para el paladar. La máxima del maridaje es crear sensaciones nuevas”. (Wikipedia dixit)
¿Necesita esto muchos comentarios para entender las equivalencias entre el maridaje, el emprendimiento y la innovación? Puede ser clave a veces y enriquecedor siempre buscar nuevas uniones, relaciones nuevas y atrevidas, mezclas insospechadas, de lo rural con lo moderno, de lo tecnológico con lo tradicional, de lo divino con lo humano, de lo local con lo global,… Maridemos pues.
Pero para ello, entre otras cosas, hay que ser generoso, ceder para avanzar y compartir protagonismo. Querer estar siempre en el centro de atención hasta desear en caso extremos ser el difunto en un velatorio, significa estar enfermo de uno mismo y de las propias ideas. Pura “mouriñofrenia”. No sé qué pasará en otras regiones pero, como muy bien me comentaba esa mañana Joaquín ‘Gudmornin’, en la provincia rural que es Jaén (el mayor productor mundial de aceite de olive virgen extra) algo así debe pasar entre tanto olivo cuando aún no existe una marca de “Aceite de Jaén” tal y como pasa con otros productos que van ligados irremediablemente en nuestras cabezas al nombre de su tierra —––ej. Vinagre de Módena.

5. Y por último, nada de esto hubiera pasado, no estarías leyéndome ahora si esta cata-experimento que se nos ocurrió desde ideas poderosas para la mañana del día 10 se hubiera quedado en el papel, si no se hubiera atrevido Fernando a acompañarnos a un experiencia que sabíamos cómo iba a empezar pero no cómo podría terminar. Actuar es clave y también define a la innovación, no se trata sólo de tener ideas, sino también de hacer algo con ellas.

Cuanto de sí da un café!!!

Café con Ideas Poderosas en Expoliva.

Día 10 de mayo, de 10:00 a 11:30 el equipo de Ideas Poderosas estará en Geolit Business Camp, un espacio de servicios en Expoliva que ofrece Geolit, el Parque Científico y Tecnológico de la provincia de Jaén.

“Degustando los sabores de la innovación y el emprendimiento en el medio rural”, esta será la temática que el equipo de Ideas Poderosas desarrollará en Geolit Business Camp, un espacio de servicios en Expoliva que ofrece Geolit, el Parque Científico y Tecnológico de la provincia de Jaén.

A partir de las 10:00 de la mañana te invitamos a disfrutar de un café con nosotros y durante aproximadamente una hora, procuraremos a todas las personas que nos acompañéis una experiencia por los sentidos, por los sabores y por el placer de la innovación y el emprendimiento.

En este viaje por los sentidos contaremos con la inestinable colaboración de Fernando Gómez de Paladares.

Paladares

Ecofeminismo

Le comentaba a una amiga que como estamos en abril “me toca” hablar de ecofeminismo. ¿Eco qué?, me dijo. Pensé entonces que si una persona con buena formación y gran lectora no había oído el término era muy probable que a la mayoría le ocurra igual. De hecho mi ordenador tampoco conoce el término. El ecofeminismo busca las sinergias de dos movimientos: el ecologismo y el feminismo. La primera sugiere “verde”, la segunda “mujer”. Estamos en el buen camino. El ecofeminismo hace propuestas para que las opciones a las crisis actuales sean sostenibles. Si convives de una manera armoniosa con aquello que te rodea y tienes una conciencia ciudadana sólida, ¡enhorabuena! Tienes muchas probabilidades de ser ecofeminista. Eres feminista y también ecologista.

Como señala Yayo Herrero “la subordinación de las mujeres a los hombres y la explotación de la naturaleza responden a una lógica común: la de la dominación y desvalorización de la vida, tanto humana como material”. El hombre ha sometido a la naturaleza. También a la mujer. El ecofeminismo es una respuesta de hombres y mujeres a esta injusticia.

Los medios de comunicación banalizan la información del tiempo, y el cambio climático es un problema de tal magnitud que puede peligrar hasta la vida de los seres humanos en este planeta. Si nos importa nuestro bienestar, el bienestar de las personas ¿no tendríamos que reservar un lugar privilegiado para aquellos trabajos relacionados con el cuidado? ¿No deberíamos organizarnos para que la vida, no los mercados, fuera el centro?

El ecofeminismo quiere una economía al servicio de las personas, y se lleva bien con el medio ambiente, con respetar los ecosistemas, con el color verde, con palabras como reciclaje, sostenible, democracia, corresponsabilidad, paz. Hace buen maridaje con dar valor a todos los trabajos, a los productivos y, a los reproductivos; le gusta la economía social, las cooperativas; también las residencias de mayores autogestionadas, mira con buenos ojos a los bancos de tiempo, los medios de comunicación alternativos. Cree que es una buena idea lo de un salario máximo y que es necesario un consumo responsable de la energía.

Al ecofeminismo no le gusta el centralismo, la jerarquía, la caza, la muerte. Tampoco la división sexual del trabajo. Ni el consumismo, la ostentación o los paraísos fiscales. También recela de la exaltación patriótica.

El ecofeminismo será fundamental en este siglo XXI. Es una manera de estar en este planeta, de cuidarlo, es mirar la vida a través de unos ojos verdes de mujer. Yo creo que así se ve más bonita ¿y tú?