Del autoconocimiento al empoderamiento con Jaén Acoge

Del autoconocimiento al empoderamiento fue el título que escogimos para este taller desarrollado en colaboración con Jaén Acoge y empezar contando una derrota memorable fue la forma en la que iniciamos esta breve, pero intensa intervención en la que las participantes se han emocionado hablando de sus vidas, de sus experiencias, de sus fracasos y de sus miedos y cómo estas experiencias les han hecho fuertes para enfrentarse al día a día conservando sus sonrisas y su sentido del humor para ofrecérselos a los demás.

A través de sus derrotas memorables hemos hablado sobre cómo construir las fortalezas que poseen o que necesitan para conseguir autoafirmarse, creer en ellas y comportarse de manera socialmente habilidosa.

El autoconocimiento es la herramienta para creer en nuestro potencial personal y asumir el control a pesar de los obstáculos; un autoconocimiento que nos permita la autoaceptación y que, nos guste o no lo que veamos de nosotros, nos permita comprometernos con nuestro valores, con lo que nos importan, con lo que es relevante en nuestras vidas.

Todas estas ideas han sido la excusa y el contexto para aprender a expresar nuestras emociones, a decir no, a aceptar y recibir críticas y a enfadarnos (pero enfadarnos bien). Todo ello desde la escucha y la empatía.

Como siempre, un placer colaborar con Jaén Acoge a quien agradecemos su confianza y hospitalidad de la mano de María Cano, Elena y Marta.

Consultoría y formación: retos y oportunidades

Seducir sin vender humo, diseñar desde las no-certezas, radicalizar la empatía, completar desde la simplicidad, aulas como laboratorios, aprender desde lo imprevisto y nunca dejar de observar. Cada nuevo curso, taller, experiencia formativa o de consultoría supone para nosotros un reto y una oportunidad.

EL RETO
En gran parte el reto tiene que ver con seducir sin vender humo, con conseguir que nuestros alumnos y clientes comiencen y terminen no sólo con ilusión, con buenas expectativas y con la sensación de haber participado en una experiencia divertida, sino también que hayan conseguido un aprendizaje práctico y útil que suponga un cambio real en su manera de trabajar y/o de conocerse y convivir con ellos mismo y con los demás.
En Ideas Poderosas nos gusta pensar que cada participante después de nuestros cursos, talleres o experiencias siempre se llevan algo nuevo en sus manos, en su cabeza y en su corazón. Para ello el planteamiento y diseño de cualquiera de nuestras actividades tiene siempre su inicio más en las dudas que en las certezas. En cada una de las acciones que diseñamos partimos de esta pregunta: ¿qué tiene que hacer (y este hacer tiene que ver tanto con eventos públicoscomo privados, es decir habilidades, actitudes, emociones, conceptos,…) o hacer de manera diferente una vez que termine su experiencia con nosotros? Sin renunciar a el valor de lo subjetivo y losconocimientos tácitos, siempre intentamos responder a esta pregunta de manera concreta,operativa y refiriéndonos a resultados observables.
El planteamiento serio de esta cuestión es ante todo un ejercicio radical de empatía, un ejercicio de infidelidad, de desconectar de los valores, creenciasy experiencias propias para conectar con las de nuestros alumnos y clientes. Esto implica conocer lo mejor posible a las personas y las organizaciónes en las que trabajan, sus funciones en ella y el contexto en el que tendrán que aplicar los nuevos aprendizajes, conocer qué nuevas habilidades necesitan y para qué, de qué manera las podrán aplicar o cómo los nuevos aprendizajes mejorarán su satisfacción personal con su propio trabajo. En este juego de empatía, el marco relacional que forman las emociones-relaciones-valores será clave para responder con éxito todas estas preguntas.

LA OPORTUNIDAD
Cada curso, cada proyecto de consultoría, cada experiencia formativa supone para nosotros una oportunidad para disfrutar de lo que nos gusta hacer, para andar en los zapatos de nuestros alumnos, para aprender y poner a prueba nuestro trabajo.
En este sentido nos gusta plantear nuestros talleres y cursos como laboratorios, espacios en los que no sólo los participantes pueden poner a prueba en un contexto de seguridad nuevas habilidades, sino donde nosotros podemos ensayar nuevas actividades y testearlas para desechar unas e integrar otras en nuestros procesos de trabajo. Intentamos de esta manera dejar espacio a la serendipia y el aprendizaje de lo imprevisto y observar lo que ocurre en nuestras sesiones de trabajo, lo que hablan nuestros alumnos y clientes, sus éxitos y sus bloqueos mientras están poniéndose a prueba a ellos mismos y a nuestras propuestas.
Esto hace que cada acción sea una experiencia radicalmente diferente y que el diseño de cada taller vaya evolucionando, depurandose y enriqueciéndose desde la simplicidad gracias a estas pruebas y a la gran información que, aún sin saberlo muchas veces, nuestros alumnos y clientes nos dan. De esta manera talleres como el de storytelling o encuentra tu voz van creciendo y ganando en capacidad de adaptación y aplicación con distintos colectivos, propósitos y contextos.

Para Ideas Poderosas el primer semestre de 2015 ha estado llenos de retos y oportunidades, pero sobretodo de personas con la inquietud de mejorar su trabajo y cambiar su realidad más inmediata que es la mejor manera, si no la única, de avanzar y cambiar el mundo.

 


 

(Gracias a la UNIA, Jaén Acoge, al Aula Integral de Formación, a Andalucía Emprende y los CADE de Arjonilla-Pegalajar-Puente deGénave-Orcera, al Ayuntamiento de Torres, al Complejo Hospitalario Ciudad de Jaén, a la Escuela Arte Granada y Antares Consulting por los retos y las oportunidades que nos habéis ofrecido estos último meses).

¿Pará qué sirve el fin del mundo?

Hemos llegado. Parece que el fin del mundo está aquí. Me imagino una semana de especial ajetreo en los centros de salud y los servicios de urgencias. Pequeñas sensaciones de ahogo, presión en el pecho, pérdida de apetito o ataques de ansiedad ante la perspectiva infame que nos deja una caprichosa conjunción de planetas.
Puedo imaginar las iglesias y confesionarios más concurridos que nunca, llenos de personas buscando la absolución y el alivio de saberse en paz y de tener un rincón reservado en su cielo.
Puedo imaginar millones de parejas y de amantes a la vez prometiéndose a cada hora amor eterno y sus camas llenas de besos, de palabras y de pasión como nunca antes se había visto. Incluso puedo imaginar un pequeño repunte de la natalidad nueve meses después de haberse amado sin condiciones, sin barreras, sin miedo ante la perspectiva de un futuro embarazado, ahora imposible; o por el despecho y la valentía de algunas mujeres de enfrentarse a este fin de la vida creando una nueva en el universo de sus entrañas. Secreta venganza.

Como parece ser que hoy (17/12/12) más que nunca es verdad eso de que nos quedan cuatro telediarios, creo que lo mejor sería mirar de frente y actuar. O al menos preguntarnos y completar esta frase: “Antes de morir me gustaría,…”

Y si sobrevives a la fecha maldita, la euforia no debiera hacerte olvidar que el fin de tu mundo sigue al acecho y que aunque debieras de vivir cada día con la frescura y el alivio del que siente que él mismo y las personas que quiere son inmortales, no deberías dejar de vivir con la decisión, la sensatez y la valentía del que sabe que algún día será el último. Y quizás te des cuenta de que, si no te has puesto manos a la obra, aún te queden por hacer demasiadas cosas importantes para las que algún día tal vez ya no te quedará tiempo.

Eso es lo que hizo la artista Candy Chang. En su barrio de Nueva Orleáns, transformó una casa abandonada en una pizarra gigante pidiendo completar la frase: ‘Antes de morir quiero…’. Una historia poderosa que además nos habla del poder de nuestros espacios públicos y todo el potencial de inspiración e innovación que tienen la empatía y el con-sentir a nuestros vecinos, de lo bueno de escucharlos y de caminar por unos instantes en sus zapatos.

‘Before I die I want to…’
¿Cuál es tu respuesta?