La estupidez está al alcance de cualquiera

Trabajar en equipo y gestionar equipos de trabajo eficientes conlleva el riesgo de encontrarnos personas así, es decir, personas que con sus acciones, no sólo no benefician al resto del equipo, sino que además tampoco obtienen buenos resultados para sí mismos.

El trabajo en equipo requiere de ciertas competencias necesarias para que el trabajo sea eficiente; hay quienes hablan de las 5 c’s del trabajo en equipo: complementariedad, coordinación, comunicación, confianza y compromiso, aunque quizá la clave de la eficiencia de un equipo radique sobre todo en la actitud de sus miembros. Si todas y cada una de las personas que componen el equipo cuando actúan buscan su propio beneficio y en sus acciones evitan causar un perjuicio a sus compañeros, incluso les procuran un beneficio; entonces el desarrollo del equipo, la satisfacción personal e incluso la cuenta de resultados están aseguradas.

Parece obvio, pero no siempre sucede así. Más veces de las deseables nos encontramos a miembros de un equipo más preocupados por “salvar su culo” y mejorar su posición que por trabajar cooperativamente; otras veces nos encontramos algunas personas tan desanimadas, con tan poca autoestima o tan poco motivadas que no les importa “salir perdiendo” siempre que los demás se encuentren bien. Estas dos categorías de personas son las que Carlo María Cipolla denomina “malvados” en el primero de los casos e “incautos” en el segundo. Pero el verdadero peligro radica en las personas estúpidas, es decir, en quienes ni obtienen un beneficio propio ni ajeno.

En esta presentación podrás ver las cinco leyes fundamentales de la estupidez humana que menciona Carlo María Cipolla en su libro Allegro ma non troppo.

A continuación te propongo algunas ideas que te permitan neutralizar una de las más poderosas y oscuras fuerzas que impiden el crecimiento del bienestar y de la felicidad humana: la estupidez

Sé egoísta (pero no malvado) – cuida tu piel.
Hay dos tipos de egoísmo, uno en el que la propia persona se pone en el centro de todo y actúa para obtener beneficios pero que no le “roba” nada a nadie (éste es el bueno), y otro que, pensando sólo en mí, no dejo nada para los demás (éste es el malo). Los humanos tendemos a hacer aquello que nos agrada, así que si obtenemos un beneficio, probablemente continuemos haciéndolo. Esto es automotivación. Si no cuidas el placer en lo que haces, no disfrutarás de lo que haces y probablemente dejes de hacerlo.

Abre los ojos.
Permanece atento a lo que sucede a tu alrededor, está presente, escucha y analiza para poder tomar decisiones bien ancladas en la realidad.

Piensa en verde.
No, no se trata de hacer publicidad a ninguna marca de cerveza, se trata de mirar las cosas desde el lado creativo (como propone Edwar DeBono en su libro “seis sombreros para pensar”). El verde es creatividad, es ver las cosas desde nuevos puntos de vista intentando resolver los problemas de manera innovadora y diferente. Enfréntate a los problemas, a los conflictos, a las relaciones, a las tareas con un punto de vista distinto al que normalmente utilizas, seguramente descubrirás otras formas de gestionar esos problemas, conflictos, relaciones o tareas.

Vive la vida.
Disfruta de lo que sucede en tu vida, de lo bueno porque es bueno y de lo malo porque te ayuda a aprender y a no volver a tropezar con la misma piedra.

Contagia el virus de la colaboración.
Contribuye con tu actitud, tu humor, tu participación y tu compromiso a crear un buen ambiente de trabajo colaborativo en los grupos en donde te encuentres.

Estas son algunas recomendaciones que te permitirán trabajar en equipo y gestionar equipos de trabajo eficientes, pero no olvides nunca que en cualquier lugar y en el momento más inesperado puede aparecer un individuo estúpido; no subestimes su poder, no trates de asociarte con él, pero tampoco intentes quitártelo de encima; sigue tu camino, inspira al resto del equipo y trabaja para encontrar soluciones en las que tú ganes y los demás también ganen: Sé inteligente

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