“Ni una cosa ni la otra” me dirás. Siento contradecirte pero esto no puede ser. Y es que si buscamos los dos términos en el Diccionario de la Real Academia leemos que machismo es la actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres. El feminismo, por su parte, exige para las mujeres iguales derechos que para los hombres.
Como vemos el primero implica privilegios y el segundo no. La sociedad en que vivimos es machista, ello hace que todas las personas, en mayor o menor medida, lo seamos. Ser feminista consiste en darse cuenta de esa injusticia y tratar, cada cual con sus posibilidades, de eliminarla. En la medida en que dejamos de ser machistas somos feministas. Hay que tomar partido y estás en un lado o en el otro.
El feminismo es bueno porque es justo. Otra cosa es que te interese. Cuestiona el orden establecido pero quien tiene privilegios quiere conservarlos. A los hombres les cuesta cederlos y a nosotras también. El hombre tendrá que prescindir de situaciones ventajosas en mayor medida que la mujer, pero ambos cederán.
El machismo se asienta en la violencia contra la mujer, permite mutilar genitales de niñas invocando una tradición cultural. Le gusta que la mujer siga en el ámbito doméstico. Justifica que las mujeres ganen menos por el mismo trabajo. Que el poder esté en manos masculinas. Sólo aporta sufrimiento. Y ve natural que todo esto sea así.
Gracias al feminismo las mujeres conseguimos votar, estudiar, trabajar, decidir. El feminismo puso en la agenda política mundial el problema de la violencia de género. Y acabará con ella. Nos hace rebeldes. Podemos contemplar la maternidad como opción no como obligación. Igual que el matrimonio. No hay ruta predeterminada. Nos libera de un destino de subordinación y discriminación. En definitiva, el feminismo nos ofrece a las mujeres la posibilidad de ser personas.
A los hombres también. Les dice, por ejemplo, que no recae sobre ellos la responsabilidad de sustentar una familia. Porque ser hombre o ser mujer según los cánones establecidos es muy cansado.
Gracias al feminismo, podemos ser cómo queramos. El feminismo es una manera de estar en el mundo. ¡Vamos!
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En Ideas Poderosas nos encanta jugar; siempre nos ha gustado y siempre nos gustará. Y cuando tenemos la oportunidad de hacerlo, allí estamos. El pasado